Qué ganas tenía de volver a la cruda realidad…

Como pasa el tiempo, pasa y pasa sin poderlo detener, y cuando te das cuenta ya son las 22.30 de un martes, 1 de septiembre del 2009. No sé si alguna vez se me habían hecho tan largas las vacaciones, y la verdad es que dos meses y medio sin dar señales de vida han servido para desconectar y descansar de lo lindo. Qué perezoso!!! Lo necesitaba. Ahora, vuelvo con las pilas recargadas, que se suele decir en estos casos. No es broma.

Durante este tiempo han pasado muchas cosas, pero las más significativas siguen estando ahí. Continúa nuestro pavor por la Gripe A, la crisis económica no nos abandona, el Gobierno suma y sigue tomando medidas inexpicables, la inmigración no deja de acecharnos, y para colmo de males las cifras de desempleo suben a un ritmo vertiginoso.

Menos mal que Florentino Pérez ha reactivado el mercado futbolístico, por algo se empieza. Bueno, después de este breve, conciso, directo y ameno resumen que os he hecho a aquellos que habéis estado fuera de España o Catalunya durante los últimos meses, pasaré a explicar algunas de mis aventurillas.

De momento, a fecha de hoy, continúo en la corte matemática-financiera. Tan pronto tenga novedades os las iré contando. A lo que iba, el veranito. Todavía recuerdo la semanita que pasé en la residencia de los De la Fuente, en Girona. Entre las comilonas y las salidas en bici casi me desmorono. Aún tengo retratada en mi pensamiento aquella ascensión a Els Angels, y el pinchazo, con su correspondiente bajada corriendo por la montaña con la noche entrando a toda prisa. Aquel día lo recordaré, porque por la mañana ya comenzó con una hora y media corriendo por las cercanías de Fornells. Y después, al día siguiente, completamos la travasía Girona-Platja d´Aro-Girona (83km). Desde aquí os doy las gracias a toda la familia por la hospitalidad que me ofrecisteis aquellos días.

De allí para Monzón a recuperarme y seguir con la pretemporada. La costa oeste de Barasona nos vio más de un día a mi amigo Mario y a mi entrenar duro al más puro estilo del triatleta profesional. Running a primera hora de la mañana, bicicleta de carretera de segundo plato y de postre kayak en el pantano de Bararona, pero la mente ya estaba en Benidorm. Hasta la costa levantina nos marchamos los cuatro mosqueteros, Alex, Óscar, Arturo y un servidor. Qué grandes noches vivimos y qué bien nos lo pasamos, pero, por favor, nunca más me digáis de jugar a la Pirámide. Hizo extragos! Guiris por aquí, y más guiris por allá. Había momentos que parecía que estábamos en otro país, todo me recordaba a las calles de Dublin o Londres. Qué suerte la nuestra con Don Paco, ilustre personaje sereno de nuestro apartamento, aunque creo que de sereno tenía poco. Alex, «has visto a Paco?» «Sí, sí, es aquel que está apoyado en la barra del bar con la cerveza en la mano». «Paco, deja la cerveza» Vaya morros que se gastaba al día siguiente.

Todo el viajecito con el mismo cd, que si la maria, que si es tiempo de cambiar el odio por amor, que si el verano azul y el porno, etc… Ya me las sé de memoria. Óscar, que no sé para que se llevó los malabares, decidió guardarlos en la habitación. Arturín a la caza de sus vecinitas las «boyis» y Alex pegado al teléfonillo sin dejar de ojear por la mirilla a las mujercitas que desfilaban por la calle con sus vestiditos de gala. Otros, mientras tanto, nos íbamos a correr, hasta que llegó el día del golpe de calor. Sin haber dormido mucho, con alguna gota de alcohol en la sangre y a plena luz del día (5’30 de la tarde a 36 grados más la humedad) una especie de mareo se adueñó de mi. Volví al apartamento, y empecé a presenciar en mi cuerpo fiebres, escalofríos, y un principio de anginas. Practicamente, allí di por terminadas las vacaciones aunque seguí dándolo todo hasta el último día, con urticaria inclusive.

Menudo cachondeo hubo durante esa semanita con Valery, Panchet y Alex, a los que considero grandes amigos. Ya estaba cerca la «vuelta al cole», es por ello que a Óscar se le ocurrió subir al Valle de Pineta (2.980 metros). Lo que me faltaba, sin tiempo para recuperarme, emprendimos viaje al pirineo aragonés al más puro estilo montañero. Qué gran día, qué belleza de paisaje, y qué esfuerzo. Ya no quedaban más fuerzas, pero nos vaciamos. Óscar, nuestro pastor, en el año del pastoreo inauguró el camino de San Valery. Ahora, quién será el siguiente en conseguirlo. El recorrido ya está fijado.

Bueno, os dejo, que ya os he puesto un poco al corriente de todo. Iros preparando que esto ha vuelto a comenzar.

Un saludo.

~ por albertinho23 en septiembre 1, 2009.

Una respuesta to “Qué ganas tenía de volver a la cruda realidad…”

  1. Tú, estás muy loco!!! A ver si te vemos por Pearson pronto

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